Un jóven urbano, moderno, dinámico, sensible... y sí, adinerado, no puede cocinar decentemente si no es con una cocina como la Izona Cook Surface.
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Prodigio estético que auna el gas y la deleitación de la limpieza de formas y la pureza de líneas (¿o es al revés?). Los soportes para las ollas y los fogones son retráctiles, quedando ocultos al acabar de preparar la pitanza, otrogando así una superficie lisa y llanamente... lisa y llana.
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Para ofrecer una respuesta adecuada a las exigencias del Ferrán Adriá que todos llevamos dentro, los controles son analógicos, que como todo el mundo sabe ofrecen mucha mayor precisión a la hora de regular la intensidad del fuego.
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Esta entrada está dedicada a mi gran amigo Nostromo, excelente cocinero y mejor persona, gran leguleyo y margarina light con soja y omega 3 del Satanasismo, pero que de vez en cuando sorprende a propios y extraños con expectaculares preparaciones culinarias, algunas de las cuales quedan inmortalizadas para la posteridad internáutica en el blog COZYNANDO.
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Fuente: Ubergizmo.
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